Resultan evidentes los beneficios para nuestra salud que reporta el montar en bicicleta, si atendemos solo al aspecto deportivo o de ejercicio. Si la incorporamos a nuestra rutina como herramienta de desplazamiento diario, las ventajas se multiplican, tanto individualmente como al entorno.
Usar la bicicleta en ciudad, supone reducir la contaminación ambiental, pero también la acústica. Aumentar el número de ciclistas, implica reducir la velocidad en las ciudades, resultando estas más seguras para todo el resto de personas. El ahorro es más que evidente comparado con otros vehículos privados autopropulsados: tanto en la adquisición, como en el mantenimiento, combustible… y ¡tiempo!: entre uno y trece kilómetros, la bicicleta es el vehículo más rápido.
En Aragón, disponemos de una Estrategia Aragonesa de la Bicicleta, y descargable el documento completo en este enlace